Saltar al contenido

Un sioux llamado Remco Evenepoel.

Evenepoel fugado

Hay corredores que destacan.

Y luego hay otros que están llamados a hacer historia. Uno de ellos es Remco Evenepoel.

 

Cuando empezó a correr Remco había una gran expectación porque su temporada de junior en 2018 fue sencillamente de dejar a uno ojiplático. Os recomiendo que echéis un vistazo a sus resultados. Vais a quedar asombrados.

Verlo conseguir el mejor parcial  en la crono de la Vuelta a San Juan de 2019 (su carrera de debut como profesional), con tan solo 19 años y habiendo pasado a profesionales desde juniors fue algo que llenó de alegría e ilusión a la gran mayoría de gente que estábamos viendo esa carrera. Algo nos decía que ese chaval era especial. Que tenía un talento inmenso. Que íbamos a disfrutar muchísimo con él si nada se torcía.

Ese día no ganó. Hizo tercero. Pero eso fue lo de menos. Esa actuación prácticamente nos decía que estábamos ante algo muy gordo. Quizá histórico.

Algo que se confirmó en la Vuelta a Bélgica de ese mismo año, cuando asombró a propios y extraños en la etapa 2, dando una exhibición al alcance solo de los elegidos. Enamoró a todo el mundo con su ciclismo ese día.

Campenaerts, que se cayó cuando iba a rueda suya, probablemente porque estaba cansadísimo, y al que le costaba aguantar el ritmo del chaval a pesar de ser en el plano, declaró que nunca había visto algo así y que no estaba seguro de que hubiese podido aguantar su rueda aunque no se hubiese caído.

Victor Campenaerts era por aquel entonces el actual recordman de la hora y uno de los mejores contrarrelojistas del mundo.

El hype que se creó no se había visto nunca en los tiempos recientes.

Remco Evenepoel y Victor Campenaerts

Lo mejor de todo era que era un corredor súper valiente. Sioux. Corría como lo hacían en otras épocas. Y eso era lo que enamoraba.

Tiene ataques en ese año casi desde salida.

Su «consagración» o su salto al estrellato a nivel global fue en San Sebastián. Su victoria fue impactante. Un pelotón entero a relevos no pudo con él.

Eso no lo hace cualquiera. Por no decir NADIE.

Solo recuerdo una exhibición así: la de un corredor llamado Miguel Indurain, que supongo que conocéis, en la etapa de Lieja del Tour de 1995.

Pero con una pequeña diferencia… aquel chaval que vestía de azul y que voló camino de Sanse, tenía solo  19 años y no había ganado ningún Tour.

Fin de la PARTE I.

Por Skyblu (@ZS20182 en Twitter).

Evenepoel contra el crono.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *