Seguramente llorara tras cruzar Mathieu Van der Poel la línea de meta.
Y no precisamente de tristeza…
Bienvenidos a Súper- Clases.
Esta San Remo no se olvidará nunca. Porque se atacó desde la Cipressa, porque Van der Poel le ganó a Pogacar, cuando el año pasado era muy superior a todo el mundo y parecía imbatible, por lo emocionante que ha sido, porque se resolvió al sprint y no se sabía que iba a pasar y porque se vivió como nunca.
En mi humilde opinión…
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Leerás y escucharás que ayer no había dureza y que por eso perdió Pogacar. No lo compres. Te lo dice alguien al que la profesora «defendió» ante toda la clase cuando dijo una palabrota, y le pusieron su primera cruz por portarse mal, alegando que se le había escapado y el resto de la clase no protestó. Alguien que era delegado de clase, que ha recibido una gran educación, afortunadamente, y al que le gustaban libros como los de Los Cinco, le encantó la saga A Tres Metros Sobre El Cielo de Federico Moccia o Ese instante de Felicidad del mismo autor, al igual que su continuación, Tú simplemente tú, alguien que escuchaba Hombres G, al que le gustan los libros de Harry Potter, cuyo escritor favorito era Emilio Salgari, y al que los profesores tenían en gran estima por su buen corazón y porque era muy buen estudiante… al que le gustó mucho Big, que lloró viendo E.T, que se leyó Fiebre del Sábado Noche, que vio un montón de veces Tras El Corazón Verde en muy poco tiempo, alguien al que le encantaba el personaje de John Travolta en las películas Fiebre del Sábado Noche y Staying Alive, cuyo ídolo era Magic Johnson, que flipó viendo Grease y al que le encanta Van Halen…
Alguien al que le gusta mucho Enrique Iglesias y que le parece un gran cantante y un crack. Alguien que no tiene problemas en decirle en Twitter a Van der Poel que se le quiere… Porque lo merece… Porque es así. Porque lo da todo corriendo… porque adora a sus fans, porque le gusta dar espectáculo, para agradar a la afición… por su modestia, por su buen corazón… porque no es tan ambicioso como para querer ganarlo todo y que eso sea todo para él… e incluso ha trabajado para un compañero en un Monumento… Por lo que significa para él ganar un Monumento, como demostró ayer, día en el que ni levantó los brazos, ya que no daba crédito a lo que había conseguido, y se llevó las manos a la cabeza… Por su estilo pedaleando… por como ataca… por su amabilidad… por su valentía… Por su simpatía…
Van der Poel ganó San Remo. Porque quiso. Porque creyó. Porque lo quería para su seguidor… Porque se dejó todo… Porque es mejor que Pogacar y por la afición. No se trata solo de andar… Se trata de querer, de dejarse la piel, de talento… de entrenamiento, y de que te guste el ciclismo…
Hasta la Cipressa no pasó prácticamente nada. Llegó la Cipressa y al poco de empezar se puso Wellens. Se quitó y se puso Narváez. Se notaba claramente que le estaba preparando el ataque a Pogacar. Se quitó y atacó Pogacar.
No era un ataque como los del año pasado, era duro sí, pero no como los del año pasado que se iba cuando quería. No creo tampoco que él no haya bajado y los demás hayan subido. Lo han hecho sí, por ejemplo Van der Poel, pero Pogacar ha bajado. ¿Cuánto? No lo sé.
Dijo Flecha que Van der Poel le dio un relevo a Pogacar en la Cipressa como diciendo: «te lo doy, pero… Es que sé que luego me vas a machacar con un ataque…» O algo así. No es así y Van der Poel es bastante inteligente y si releva es por algo, como hizo en el Poggio. Algo que también le criticó Contador, que es algo que no entiendo. Pogacar anda mucho, pero no es infinitamente superior a todos (aunque el año pasado si fue muy superior), como dicen algunos de sus seguidores, y gana, salvo caída o enfermedad…
Van der Poel le da un relevo fortísimo… Flecha estaría mirando algo o hablando con alguien, ya que se ve claramente. No lo critico: es directo. Pero no fue como dijo.
De la Cipressa al Poggio se fueron relevando los tres: Ganna, Van der Poel y Pogacar, y logicamente llegaron. Allí nada más llegar Pogacar atacó, y a pesar de que lo intentó una y otra vez, no pudo con el mago. Llegó la parte final y Van der Poel atacó con todo, en una demostración de fuerza, talento y coraje, que pocas veces se ha visto tras una carrera así, y la cara de Pogacar lo dijo todo. Se decía mucho que Pogacar llegaba a meta con una cara buenísima y como si no hubiera corrido. Ayer se le vio sufrir muchísimo. ¿Por qué? Porque se enfrentaba a un Van der Poel motivadísimo, que luchó, que había entrenado como nunca y que tiene más talento que él, y Pogacar no era el del año pasado.
Se llegó al momento clave: al sprint. Ganna, que había hecho un carrerón impresionante, había cazado y se iba a disputar el sprint entre Van der Poel, Pogacar y el italiano…
Y cuando quedaban unos 300 metros… Van der Poel terminó de componer Voodoo de Yngwie Malmsteen…
Contador dijo que en la Cipressa tienes que ser superior dos o tres puntos a tus rivales para irte. No estoy de acuerdo y si todo hubiese seguido como el año pasado Pogacar se habría ido como hubiera querido, ya que se ha ido hasta en falsos llanos y era muy superior a todo el mundo, y la Cipressa llega hasta el 9 por ciento y se subió a una velocidad demencial… verdaderamente de locos… y son 5 kilómetros… Soltó a todo el mundo menos a Van der Poel y Ganna… Y luego no ha podido con Van der Poel, y éste ha hecho un ataque salvaje… espectacular… En el que ha habido la mayor diferencia entre los dos de toda la carrera y en el que ha habido dos cambios de ritmo… Un ataque que tira por tierra la teoría de que si no es por la curva Pogacar lo suelta, ya que es imposible atacar como lo hizo Van der Poel, si no estás fortísimo y en 200 metros no te vienen las fuerzas de golpe… El problema no fue que no hubiera dureza… El problema es que esto no va de sonrisas, de excesos de confianza, o de creerse superior a todo el mundo, de creer que la carrera esta ganada antes de empezar, ni de decir todo el día que Pogacar es el mejor corredor del mundo o de titulares, y exageraciones de gente que habla de ciclismo o de algunos de sus fans… Esto va de talento, trabajo, inteligencia, ganas de ganar, de dejarse la piel y de creer… de saber realmente de qué va el ciclismo…
Y ahí, Mathieu Van der Poel es el rey.