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A toda velocidad (Historias de Roubaix).

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Roubaix no es una carrera. Es una carrera de carros en el circo en los tiempos del Imperio Romano, donde los que participaban en ellas, desafiaban a la muerte para poder conseguir la gloria…

Es una batalla de la Guerra de Secesión… Donde eres atacado por cañones, decenas de soldados, e incluso por indios…

Roubaix no es un juego, es la guerra, y en la guerra… ay amigo, ya puedes darlo todo porque si no.., como diría Alberto Contador…

Obviamente en la guerra hay mucho sufrimiento… pero también hay satisfacción, ya que seguir con vida, o salvársela a alguno, conseguir un gran logro… es motivo de gran orgullo… Por lo complicado del reto, y porque son cosas muy importantes.

No lo sabe mucha gente, pero Roubaix es la guerra entre los romanos y los bárbaros.

En ella dominó un predator… una estrella, un ciclista como la copa de un pino, un corredorazo, que parecía un actor, y un clasicómano como pocos ha habido… Si no recuerdo mal, hay un chico muy inteligente que escribe en Internet al que le gusta mucho Van Halen, cuyas carreras preferidas son las de piedras, al que le encantan los libros de Federico Moccia, que escribe y tiene varios libros empezados, de entre otras cosas, ciencia ficción y magia, y que sabe que la vida cambia en un segundo, y mucho sobre ciclismo, al que siempre se le dio bien la asignatura de Literatura, y que escribe gracias a algo que le dijo un profesor de esa asignatura, que le llama El Clasicómano.

Es bastante bueno en el uso del calificativo. O eso cree.

Roger De Vlaeminck, que es ese corredor del que hablo, ganó 4 veces la carrera. Volaba en el plano, tenía un sprint demoledor y ganador, tremendo, y un ataque salvaje, y ganó 6 veces seguidas Tirreno Adriático.

Es un corredor que hubiese conquistado Suiza con dos más.

Que hubiese acabado con un imperio con un grupito de hombres.

Después del dominio de De Vlaeminck, llegó el dominio de una máquina de ganar, que ganó la carrera 3 veces seguidas… Moser, El Tiro lo llamo yo, por su forma de rodar… Si piensas bien en lo que significa eso, te darás cuenta de quién hablo…

Luego ganó un colgado, en el buen sentido de la palabra (me repito más que el ajo, que diría Saúl Miguel de Eurosport); Hinault, que era alguien que si tenía que subir el Bondone a pie en 15 minutos o conquistar Lituania para que le diesen un trofeo lo haría… aunque fuese una taza de Superman…

Paris- Roubaix 1981

Un corredor que solo miraba al frente. Para atrás ni para ver si había soltado a todos.

Cuenta la leyenda que un día atacó en un Mundial a 100 de meta…

La realidad es que lo hizo casi desde salida, si bien es cierto que tuvo que volver a hacerlo, y que lo cogieron, y machacó a todo el mundo. De esa carrera solo oirás hablar con admiración, porque seas hater o no, algo así, no vas a decir que no fue para tanto o a intentar hacer creer que la narrativa de que fue una de las mayores salvajadas de la historia es fake.

Porque Hinault se lo ganó.

Ese Mundial de Hinault fue una lección de ciclismo; de como hay que correr, de correr a lo campeón, de lucha, de carácter, de valentía… de un hombre con orgullo y con personalidad, al que le gustaba que la gente lo admirara y el aplauso del público.

Hinault sabía de que va el ciclismo… De que se trata… Se trata de buscar la gesta. Da igual si lo consigues o no, pero el ciclismo va de eso… De grandes logros…

Cuenta la leyenda que ganó Amstel Gold Race con el sprint más destroyer, más impactante… sobre todo por la lejanía desde donde lo lanzó, y más brutal que se ha visto en esa carrera…

No es cierto… Se convirtió en un Alien.

Amstel Gold Race 1981

Cuenta la leyenda que ganó Roubaix porque se cabreó… No es cierto: porque le gustaba el ciclismo, por orgullo, porque le gustaba el reconocimiento de la gente y demostrar que era el mejor… por hacer historia, porque era corredor… y un corredor lo que debe hacer es intentar ganar carreras… Ese es su trabajo.

Hinault era un corredor al que le daba igual todo con tal de ganar, y que intentaba despedazar a sus adversarios desde cualquier distancia…

Dicen que solo corrió una vez Roubaix. Si le preguntas a Miguel González, cuyo nombre de usuario en X es @gzlz11, te dirá que eso es más falso que decir que Wayne Rainey, piloto de motociclismo del cual yo era locaza (que es una palabra de Miguel, por cierto), era futbolista.

Yo te digo que le hagas caso.

Bienvenidos a Súper- Clases.

«Acabar ya me haría feliz. Estaba un poco asustado en la carrera, porque los adoquines son bastante malos, pero lo estaba disfrutando y me sentía bien, y entonces, de repente, estaba corriendo de verdad por ganar la carrera. Estaba solo con Cancellara y Vanmarcke en el Carrefour de l´Arbre.». Estas son palabras de Stybar hablando de su primera Roubaix, la de 2013, que es su Roubaix preferida. Stybar es alguien que cuando habla de las clásicas de pavés, lo  hace con un brillo especial en los ojos y una gran sonrisa en su cara, alguien que estaba orgulloso de correr Roubaix, amaba las piedras… Le encantaba correr esas carreras… Guerreaba como nadie, era muy inteligente en carrera y poseía una gran técnica… Era Magneto pero en bueno.

Fue gregario de Boonen durante bastante tiempo, lo que le impidió ganar carreras, pero él estaba orgulloso de ello, y le gustaba. No porque no le gustase el triunfo, le gustaba como al que más, sino porque el hecho de que ganase un compañero, era motivo de gran alegría para él… Stybar era muy querido en su equipo. Por los aficionados también. Y por la prensa.

Era un súper- clase. Debutar en Roubaix y hacer lo que él hizo no lo ha hecho nadie, que yo recuerde.

Con eso lo digo todo. Nunca había hecho una carrera tan larga, excepto un Mundial, en el que hizo un puesto random, y aguantar a Cancellara tal y como atacaba ese día, no está al alcance de nadie.

Salvo del de un gato.

Ese día Cancellara era La Justicia… Y cuando Cancellara era la Justica, no quedaba uno solo en pie.

Izoard lo llamó rey:»Al ganar Sagan, lo vi como un círculo que se cerraba, en el que el heredero recogía el testigo, y bueno…por decirlo de algún modo, Cancellara escribía su epitafio como rey, y comenzaba en 2016 la era Sagan…»

Izoard era uno de sus mayores fans. Pero importa eso si hablamos de Izoard?

Roubaix es la guerra. Hay polvo… corredores que son auténticas maquinas, con un coraje fuera de lo normal, con una determinación que impresiona, buenísimos, que atacan como si no hubiera un mañana, que luchan como si les fuera la vida en ello…

Están en una batalla napoleónica y los cañones les rodean disparándoles…. escapan… luchan, sufren, aceleran…

El coraje, la clase… dominan ese mundo. La valentía… La confianza en uno mismo. Son amigos muchos de ellos, pero en carrera no se conocen de nada. Una victoria en Roubaix no es una victoria cualquiera. El honor lo es todo para los pedrusqueros…

El día de la primera Roubaix de Stybar, los comentaristas de Eurosport exclamaban debido a su carrera: «I can´t belive that…» y se reían…»I can´t belive stayed there!… y hablaban de su condición de corredor de ciclocross, sobretodo… Había corrido muy poco en carretera… Era algo sorprendente… Y maravilloso…

Ver a alguien hacer algo tan asombroso, era maravilloso… Era impactante. Stybar estaba asombrando al mundo… Maravillándolo… Convirtiéndose en ídolo…

Siempre me ha gustado mucho el cine. Me parece un mundo mágico, que me anima, divierte y enseña, entre otras cosas. Que me inspira… Soy el típico que cuando era un adolescente, lo máximo para él era ir con una chica al cine y llegué a ir solo todos los días durante una temporada.

Eran los tiempos de Johnny Mnemonic, La Red, Hackers, Batman Forever, de Rápida y Mortal, de Braveheart, de Un  paseo por las nubes, una de las mejores películas que he visto, o de Desperado. Para mí la mejor película de Antonio Banderas.

En esa época en la que iba todos los días al cine, vi Antes del Amanecer… Al entrar al cine, le pregunté al portero cuál era mi sala… y me mandó por una dirección que no era, a la sala donde daban esa película.

No sé si lo hizo porque vio en mi cara que necesitaba ver esa película, o por hacerme un regalo porque le caí bien, pero el caso es que me encanto.

Me suelo equivocar bastante… Pero un portero de cine se puede equivocar así?  .

Ver películas me ha hecho mejor. Más valiente, más fuerte, más culto, más optimista, más listo, más bueno… He aprendido que hay que ser leal, que los leales son los que molan de la película, los que hacen lo correcto, que hay que ayudar, que el mundo es un lugar maravilloso, que ser valiente es bueno, muy gratificante, motivo de orgullo, y que te va a ayudar mucho en la vida, que los amigos lo son todo, y muchas cosas que me han servido para resolver problemas en la vida o divertirme, me ha inspirado, y me ha animado a luchar por mis sueños.

Stybar tuvo que ver una película buena antes de esa Roubaix… Si no, es imposible que hiciera eso…

Fin de la Parte I.

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