Uno de mis primeros trabajos fue en una pizzería. En ella había dos chavales que llegaban siempre a la pizzería derrapando con las motos. Un día, uno de ellos, Jimmy, dijo que la vida era dura. Yo me quedé pensando… pues vaya, ésto es duro? Si yo creía que no… Al final llegué a la conclusión de que la vida no es dura. Yo no podía estar equivocado porque me lo pasaba muy bien en ella. Y yo no podía estar en un sitio malo.
Dura es a veces… Correr el Tour de Flandes es duro, muy duro. Es una carera durísima… por la velocidad a la que se va, por la distancia… por los muros… Por todo. Pero estar ahí, al lado de Hinault, de Stybar, de Mathieu Van der Poel… qué sensación debe ser esa, yo al ver pasar el coche de su equipo, en una carrera que ni siquiera disputaba… sentí algo mágico, qué no se puede explicar con palabras por ser quién es Mathieu. Un ídolo, una leyenda, un corredorazo.
Pasar por un tramo detrás de Stybar o Sagan… mientras la gente te aplaude, debe ser un momento indescriptible…
Ganar ya ni te cuento…
Flandes es una carrera durísima, pero si va gente de la valía, como diría Javier Ares, de Roger De Vlaeminck, Cancellara, Van Aert, Degenkolb, Vanderaerden… a intentar ganarla… Eso no debe ser duro…
Uno de los mayores privilegios que he tenido desde que soy seguidor del ciclismo es ver correr a Van der Poel. Es puro espectáculo. No lo conocía mucho al principio (hablo de cuando era sobre todo corredor de ciclocross). pero sabía lo que venía, porque lo decía gente que frecuenta sitios en los que verdaderamente se sabe de ciclismo.
Lo que decían que venía era un corredor con un talento portentoso, con una capacidad agonística y de exprimirse fuera de lo común. Venía Batman.
Alguien que cuando baja la cabeza y acelera a tope es un espectáculo. Tanto por las que lía, como por su estilo.
Fue un corredor de culto desde el principio. No lo es cualquiera.
Es una tormenta. Como mejor lo definiría es así. Pocos aguantan en pie, cuando decide poner todo patas arriba. Uno de los pocos que puede aguantarle, e incluso ganarle, es Van Aert. Otro de esos corredores impresionantes, hechos de una pasta especial, y que si hablamos de lucha y dejarse la piel, pocos soportan una comparación con él.
Mathieu Van der Poel es un macarra de los ochenta metido a ciclista pero con buen corazón. Su porte y su mirada lo dicen a menudo..
Su llano es tremendo, salvaje, y está infravalorado porque no es uno de los mejores cronners del mundo, algo, que no sucede, simplemente porque no entrena la crono apenas. Pero los carrerones que ha hecho, fundamentalmente por su llano… y la velocidad que imprime cuando hace un All- In, o simplmnte intenta distanciarse o cazar a alguien, es algo prodigioso. Por ejemplo.
Van der Poel es ell corredor ideal para ganar Flandes. La subida a muro que tiene es salvaje. Pocas se han visto como la suya en toda la historia. Ha nacido para ello. Su llano, increíble. Es una máquina en ese terreno. Batman. Un halcón atacando a un conejo, Terminator… Una trituradora como diría alguien que lo conoce bien de un sitio en el que solía estar mucho, pasándomelo bien hablando de ciclismo…
Mathieu Van der Poel, como he dicho antes, lucha como nadie, en cuanto a técnica es un prodigio, tiene una visión de carrera privilegiada, es valiente, tiene un fondo increíble y un esprint tremendo. Es alguien capacitado para ganar sprints masivos, aunque ya casi ni se meta.
Lo tiene todo para ganar Flandes, y encima tiene un talento increíble.
Para que os hagáis una idea, los que no lo conozcáis mucho, o creáis que no es para tanto como dicen, deciros que en 2019, antes de Flandes y Roubaix, alguien dijo en un sitio que se sabe mucho de ciclocross y ciclismo en general, si no recuerod mal, que era el ciclista con más talento que había visto en los 25 años que llevaba siguiendo el cclismo.
Puede que me lo esté inventando. No creo, me suena haber estado allí ese día.
Fin de la Parte II.