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El León Blanco (dicen que era un ciclista llamado Alberto Contador).

El León Blanco (dicen que era un ciclista llamado Alberto Contador).

Recuerdo que estaba seguro de que Alberto Contador iba a ganar el Tour 2007…

Por como atacaba…Por las piernas que tenía… Por su cara, por su gesto… Por la ilusión que tenía… Por ese carácter que mostraba corriendo… Por su actitud… Por su ilusión… Por su ambición… Porque se veía claramente que era muy bueno… Porque era español sobre todo… Sí, por eso, lo he visto otras veces… En Delgado… En Indurain… En Valverde…He tenido esas sensaciones… Sé de lo que son capaces los corredores españoles cuando hay talento y hay mucho en juego… Cuando hay ganas…

Sentía que ese chico de 24 años que ya había demostrado ser muy bueno, haciéndolo muy bien en otras carreras, ganando otras carreras… iba a ganar ese Tour. O por lo menos, que era lo normal que pasase. Aparte de por las razones que he dicho anteriormente, también por la confianza y las ganas con las que se le veía, por ese tesón, por su ataque en el Galibier, donde humilló a Rasmussen, por el desparpajo que mostraba, porque era mejor que Rasmussen… Se veía. Yo al menos lo hacía. Sabía que un danés, dicho sea con todos mis respetos, no puede ganar a un español así, siendo casi un semidesconocido.

Porque lo he visto otras veces… Esa confianza en uno mismo… esa forma de correr jugando a ganar…esas ganas de ganar… El hecho de que fuera un escalador español ofensivo…

Lo he visto otras veces… Cuando un español se siente ganador, está con confianza, y ataca… es muy probable… que si tiene mucha calidad gane. No me preguntes por qué.

Contador es un guerrero. De hecho se le llamaba así. A mí me gusta más El Guerrero que El Pistolero, que también es un gran nombre, y que fue el que usó Armstrong para dirigirse a Alberto durante un intercambio de opiniones en el autobús de Astana en el Tour de 2009, tras la etapa con final en Andorra Arcalis. como contó Alberto en una entrevista con Valentí Sanjuan. Ese día Alberto mientras Armstrong estaba diciendo durante la charla de equipo que no había respetado las órdenes de equipo, le cortó, y le dijo que si quería respeto, él tenía que dar respeto y que le había faltado el respeto a él durante todo el año y al equipo.

Luego, tras bajarse todo el equipo del autobús menos ellos dos, Armstrong se dirigió a Alberto y le dijo: «Don´t fuck me, Pistolero». A lo que Alberto replicó: «¿En castellano?».

Y Armstrong se lo tradujo.

Alberto terminó ganando ese Tour. Un Tour en el que dio una auténtica exhibición.

Le viene al pelo lo de El Guerreo, y no solo por su forma de correr. Alberto Contador sufrió una operación complicada en 2004. No me gusta hablar de momentos duros, son pasado y no suelo hacerlo. Solo lo hago para que se vea quién es Alberto Contador. La doctora que le operó durante 5 horas aquel día, declaró en 2007 que un pequeño desliz en la operación, podía hacer condenado a Alberto a la paraplejia, al mutismo o a un estado de confusión permanentes.

No se sabia si podría volver a subirse a una bicicleta

Menos de 2 meses después de coger la bici, ganó en el Tour Down Under.

Alberto Contador (Fuente Dé)

 

Recuerdo la alegría que me llevé en el Tour de 2007 cuando vi correr a Alberto del modo en que lo hizo. Probablemente sea una de las mayores alegrías que me he llevado desde que sigo el ciclismo, que como muchos sabréis lo hago desde los tiempos de Saronni, Freuler, Arroyo, LeMond y Fignon.

Verlo atacar una y otra vez a Rasmussen como hacían los ciclistas de antaño, ver aquella combatividad, ese estilo tan agresivo que hacía años que no se veía, tras muchos años de ciclismo aburrido, de conservadurismo y dominio de Armstrong en el Tour, verlo intentar ganar. de aquella manera, con aquel ciclismo tan atractivo, verlo jugar a ganar con mayúsculas, fue algo tremendo.

Ver aparecer a alguien así, de repente… tan valiente… verle atacar una y otra vez hasta tumbar a su oponente o quedarse sin fuerzas para seguir intentándolo, fue todo un acontecimiento.

No hay nada peor que ser seguidor del ciclismo, que te guste mucho,  y que reine el conservadurismo, que las carreras sean aburridas, que no se ataque, que te pegues horas y horas esperando a que alguien ataque, etapas y etapas haciéndolo, y que no suceda eso. Es desesperante… Y triste.

Alberto emergió de algún sitio que solo sabía él donde estaba y trajo de nuevo el ciclismo ofensivo. La alegría al aficionado. La ilusión. Las ganas de ver carreras y la emoción.

A Alberto le debemos mucho. El conservadurismo se había adueñado de las carreras y con él volvió el ciclismo ofensivo. El espectáculo. La épica. La valentía. Nos hizo un regalo que solo alguien tan grande como él puede hacerlo.

Fin de la Parte I.

 

 

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