El día que Perico Delgado ganó la Vuelta a España de 1985 invitaron a Anquetil a Estudio Estadio. Hubo una cosa que repitió tres veces ese día.
Esa cosa fue: ganar una gran vuelta es muy difícil.
Si no te detienes a pensar mucho en lo que dijo Anquetil aquel día, en el que compartía estudio con Perico, Peio Ruiz Cabestany y Matias Prats, o no captas el mensaje y te parece un tópico o algo muy obvio… creerás que Anquetil había dicho aquello por «quitarse de encima» aquellos momentos de entrevista- charla. Por salir del paso.
Pero Anquetil era alguien que no hablaba por hablar.
Y allí explicó, como lo habría hecho mil veces más durante su vida, cómo es realmente una gran vuelta.. Algo que no ganas aunque hayas ganado cuatro veces antes esa carrera hasta que no se cruza la última línea de meta por mucho Hinault, Charly Gaul o Eddy Merckx que seas. Algo por lo que luchan tus adversarios con todas su fuerzas y para lo que se preparan tan bien o mejor que tú.
Una gran vuelta es una carrera de tres semanas. Y tres semanas de esfuerzo es mucho. Hay que luchar mucho. Y no es fácil ganar, como decía Anquetil.
Y yo añadiría algo más: no es fácil para nadie. Ya puedes llamarte Vingegaard, Remco o Valentin Madouas, que no te va a ser fácil ganar una gran vuelta.
La lucha es algo complicado: nunca se sabe quién va a caer ni cuando.
En un Tour de Francia pasan mil cosas, hay mil batallas, tu cabeza puede jugarte malas pasadas y sin cabeza no se gana el Tour, te puede hundir en la miseria un solo día, y eso también cuenta a la hora de ganar carreras de tres semanas. De ser buen vueltómano.
Ya puedes ser el más fuerte durante 20 días, que si en uno te baten y bien, no sirve para nada. Hay gente muy buena tácticamente o que un día vuela porque están muy motivados, mentalizados, o por orgullo o lo que sea, porque están inspirados o por otro tipo de razones. Y en un día se pierde una gran vuelta.
Hablamos de los mejores corredores del mundo. Normalmente son muy buenos. Como tú igual no, pero te ganan.
Vingegaard ganó el Tour 2023 por más de 7 minutos. Hay gente que se deja llevar por esa diferencia abismal (en un Tour lo es y más si tu rival se llama Pogacar), y por como voló en la crono.
Dejadme que os diga algo: el del Tour 2023 no era Pogacar. Pogacar se quedó en su caída de Lieja. Ese era un 75% de lo que realmente es Pogacar.
Y con esto no quiero decir que Vingegaard no sea un pedazo de corredor y que su nivel no sea espectacular. No mezclemos las churras con las merinas, como diría Javier Ares.
Fin de la Parte I.
PD: Intentaré que la segunda parte sea pronto. Antes de que pase una semana como mucho.
Gracias por leerme. Sed buenos.