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Greg LeMond (El Ajedrecista) Parte II.

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Greg LeMond (El Ajedrecista) Parte II

Una de las cosas que más me llamó la atención cuando interactué las primeras veces sobre el ciclismo de los años ochenta con gente que sigue este deporte desde hace muchos años, o suupestamente lo sigue desde hace muchos años, ya que en Internet hay de todo, y por ejemplo, te puedes encontrar con un tipo que dice que ha corrido, por ejemplo, con Chente García Acosta, Angel Edo o Ayuso, y no es así, o que ve ciclismo desde los noventa, y lleva únicamente un año, algo que se nota enseguida por lo que dice cuando una conversación se alarga (enseguida se ve quién sabe de ésto y quién no), fue lo que decían algunas personas sobre Greg LeMond.

Sobre su calidad y su forma de correr.

Luego volvemos a ello.

Una de las victorias más conocidas de Greg LeMond fue el Tour de Francia de 1989. Por aquel entonces yo era un asiduo a la discoteca más vanguardista de la ciudad (hasta entraba gratis gracias al portero), había dejado de escuchar, prácticamente, heavy metal y rock, y muy pocas veces oía algo que no fuera techno,  y había cambiado de círculo de amigos, pasando de salir por las noches con los heavies de, sobre todo la zona en la que vivía, por los garitos en los que se escuchaba metal y trash, a ir a los pubs y discotecas de la zona pija, dicho sea con todo el cariño del mundo y no a modo de menosprecio, con un colega de mi antigua cuadrilla que siguió mi camino, y que se metió a disc- jockey. llegando a pinchar años más tarde en sitios de muchísimo prestigio.

Tuve la suerte de hacer muchos amigos allí.

Algunos de una sola noche. O incluso de minutos. Pero eso no quita para que fueran muy buenos y guarde un grandísimo recuerdo de la mayoría de ellos.

Bailé mucho durante esos años, tuve muy buenas conversaciones en la noche y conocí a gente súper interesante y de multitud de sitios, conocí Valencia e incluso me eché novia allí.

Por aquel entonces no tenía nada que ver con el chaval que vio ganar a Greg LeMond el Tour de 1986. LeMond tampoco con el corredor que ganó ese Tour.

Greg LeMond tras su accidente de caza (The Last Ride)

Greg LeMond llegó a ese Tour, el de 1989, tras dos años de ausencia de la carrera francesa debido a un accidente de caza, que le mantuvo en el dique seco prácticamente dos temporadas. No era el mismo físicamente y aunque el físico no lo es todo en ciclismo ni mucho menos, salvo que seas un privilegiado mentalmente, Roglic, Van der Poel… o un corredor con una visión de carrera brutal, suele ser lo más importante a la hora de ganar carreras. Es de lógica, ya que muchas de las carreras que se disputan en profesionales son agónicas o las ganan los corredores más potentes al sprint o los que tengan una subida más salvaje a muro o cota, por lo que el físico influye mucho a la hora de ser de los mejores.

Jan Ullrich y Marco Pantani (Yahoo. com)

En 1989 LeMond era un corredor menos portente, pero seguía teniendo una cabeza privilegiada. En cuanto a mí, seguía siendo el mismo en el sentido de que no me había convertido en un Saruman, que para quién no lo sepa es un mago malo de la peli El Señor de los Anillos, de 16 años, o en Nino Brown, que es el protagonista de la mítica película New Jack City.

New Jack City (movieposters. com)

No, no había hecho eso, por supuesto; seguía siendo el mismo pero con otros gustos y preferencias (había dejado de tocar el piano por ejemplo y ya no metía tantas horas como antes jugando al basket y jugaba mucho más a los videojuegos, algo que antes no era así), distinto lugar de residencia, y muchas ganas de que llegase el fin de semana siempre.

Two Unlimited

Pero volvamos a lo del físico, que es un tema muy interesante, y quiero profundizar en él. Miguel Indurain ha sido criticado, injusta o erróneamente, por algunos por no «decir cosas». O no lo conocen, o van a hacer daño. Lo siento mucho pero es así. Indurain no es de ese modo: es todo lo contrario a eso, aunque obviamente, como todos, hay veces que te sale con 20 tópicos y no dice absolutamente nada que no se sepa. Pero eso no quiere decir que no «diga cosas», ya que lo hace, y muchas veces da en el clavo. Como por ejemplo, cuando le preguntaron que era lo más importante para triunfar en el ciclismo y dijo  lo siguiente: sin piernas no haces nada. Algo que puede parecer una frase vacía, una simpleza, una obviedad y que no dice nada, pero es todo lo contrario.

Está claro que si eres una persona que se esfuerza, que hace sacrificios, que es disciplinada, con una gran fortaleza mental, determinación, que trabaja, que tiene la capacidad de hacer entrenos salvajes… tendrás más posibilidades que otros de destacar en el ciclismo. Pero tienes que tener unas buenas condiciones físicas.

Yo por ejemplo, no las tuve en el momento clave. Ahora, y no es por hacerme el chulito ni por quedar como un guay, porque eso no me interesa lo más mínimo, y no escribo aquí por eso, ando en bici bastante rápido. Aunque suena mal que lo diga yo: valgo más para el ciclismo. Es así, así que no tiene nada de malo decirlo. No compito: tengo casi 50 años, pero mi físico no tiene nada que ver con el que tenía cuando me pasaron por encima cuando era pequeño en una carrera en Castilla León en la que quedé el último, y vi alejarse a mis rivales, a los 500 metros de comenzar la carrera, sin que pudiera hacer nada por evitarlo, debido a que eran mucho mejores que yo.

Si no vales para andar en bici no vales, así que tras aquel día renuncié a dedicarme al ciclismo. Mi físico no era el adecuado y no había nada que hacer.

Ahora no soy Zdenek Stybar. Pero no me quejo. Mi cuerpo y mi mente han cambado y aunque no doy exhibiciones en las clásicas flamencas o en el Tour de Francia, me lo paso muy bien cuando cojo la bici. Disfruto muchísimo. No tanto como lo haría si fuera Curry y metiera el tiro ganador en las Finales de la NBA pero es algo que me flipa. Top.

La crono final del Giro de 1989 nos decía que LeMond estaba de vuelta, ya que si bien gente con tanto talento puede hacer buenos resultados en las contrarreloj, aunque no estén en su mejor momento o en forma, que hiciese segundo en aquella crono, hablaba bien a las claras de que LeMond volvía a ser el de antes. Era de 53 kilómetros y a final de Giro, una carrera que LeMond se tomaba como preparación, corría gente muy muy buena como Fignon, Chioccioli, Hampsten o Breukink, para mí uno de los mejores contrarrelojistas de la histori y del que se debería hablar bastante más, y hasta entonces nunca había hecho una carrera así desde el accidente.

Lo había conseguido. Volvía a ser LeMond.

Algo, que para mí, lo convertía en el máximo  favorito para ganar el Tour de Francia de ese año, que comenzaba 20 días después.

Tuve muchos ídolos en los ochenta:. Carl Lewis, Steve Cram, Magic Johnson, que era de locos como jugaba al baloncesto, al igual que su equipo, Los Lakers, Wayne Rainey, que era Batman, una locura de piloto y un auténtico ídolo, y que ganó tres Campeonatos del Mundo consecutivos y cuyos duelos con Kevin Schwantz sean probablemente el mejor moticiclismo que se haya visto en toda la historia,  Dominique Wilkins, para mí el mejor dunker de la historia, Visentini, Mats Wilander, del que se decía que una de sus mayores virtudes era la paciencia, Antognoni, un grandísimo futbolista italiano, que si eres de los de mi generación conoces sin ninguna duda…

Y un sinfín más.

Mi ídolo futbolístico durante muchos años fue Michel Platini. Cómo jugaba al fútbol. Qué barbaridad…

Obviamente yo era de la Juventus, su equipo en sus mejores años. Muchos de vosotros recordaréis aquel equipo y a los siguientes jugadores: Laudrup, Tardelli, Rossi, Serena, Cabrini, Tacconi.. y por supuesto, el jefe: Michel PLatini. Un mediocentro organizador, algo que ya no abunda en el fútbol, capaz de ser una máquina de meter goles y que fue balón de oro tres veces consecutivas, algo, que solo ha podido igualar Messi.

Platini era una maravilla de jugador. Un jugador que enamoraba por su fútbol. Por su clase, por sus lanzamientos de falta, por sus pases, por su elegancia, por su asombrosa visión de juego, por su disparo… Era Magic Johnson.

Michel Platini (juventus. com)

Lo que mejor lo definía era lo que solíamos decir en el colegio cuando alguien jugaba de locos… que era muy bueno. El 10 de la Juve y de  la selección francesa era alguien que había nacido para jugar al fútbol.

Como había nacido LeMond para ser lo que fue como ciclista: uno de los mejores de la historia sin lugar a dudas, y si hablamos de inteligencia en carrera, puede que hasta top 3.

Os preguntaréis que a qué viene hablar tanto de Platini. Tiene su motivo: la retirada de El Violinista (Platini), fue algo parecido a cuando LeMond tuvo el accidente. Para un crío  de 14 años, algo así es un palo tremendo y quería crear contexto.

Creo que es una de las pocas veces en mi vida que me he replanteado seguir viendo ciclismo.

Kaká (completesports. com)

Uno de los grandes momentos de la historia del ciclismo fue la contrarreloj de Paris del Tour de 1989. Prácticamente la totalidad de la prensa daba como ganador a Fignon. Si hablamos de aficionados no sé como estarían las cosas. Aunque me artevería a decir que ni mucho menos como en los medios de comunicación.

Yo confiaba en la victoria de LeMond. Sabía lo bueno que era, y que contra el crono, podía llegar a ser el mejor del mundo en cualquier carrera. Por talento. Sus resultados no hablaban del mejor cronner del mundo, y no era considerado como tal, pero su potencial, su mentalidad ganadora, sus condiciones físicas (tiene uno de los mayores VO2 max de la hsitoria, por ejemplo), su carácter, su competitividad, su inteligencia en carrera… sobre todo lo bueno que era, hacían que yo no tuviese miedo a ningún rival ni a ninguna crono.

Algo que quedó demostrado, ganando, contra todo pronóstico, el Tour de Francia de 1989 con una crono marciana. Espectacular. De genio y a otro de los mejores corredores de la historia y que fue más fuerte que LeMond en ese Tour, todo hay que decirlo, pero puntualizando que casi con total seguridad, debido a que  Greg había bajado sus prestaciones físicas por el accidente y los parones derivados  del mismo.

Pero aquella victoria no fue solo porque LeMond se salió aquel día. Es de justicia decir que  Fignon, no fue muy inteligente y se confió, hasta el extremo de llegar a celebrar que había ganado el Tour junto con su equipo, en el TVG de traslado de la última etapa.

Se olvidó de quién era LeMond.

Y lo pagó muy caro. Porque su exceso de confianza, algo que, extrañamente no vio casi nadie y de lo que poco o nada se hablo, para sorpresa mía que flipaba con como Fignon iba a afrontar la crono y me frotaba las manos porque sabía lo que era LeMond, y que Greg ese día fue Mazinger Z, un tiro,  sobre todo al final, ya que a falta de 4 kilómetros llevaba 32 segundos, que es una barbaridad en tan pocos kilómetros ante un corredorazo como Fignon pero insuficientes para ganar el Tour, en esos 4 kilómetros le mete al francés 26 segundos.

Fin de la Parte II.

By Skyblu (@ZS20182 en Twitter).

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