No sé donde leí que un corredor te elige, no se elige.
O puede que sí y hasta a quién.
Tú no dices «este va a ser mi corredor favorito» porque haya ganado muchas carreras, sea muy famoso, o prometa mucho, por ejemplo, sino que él te elige con cosas como: su pedaleo, sus ataques, sus carreras, o su forma de ser, por ejemplo.
Puede que sea un full- gas en un muro el que te enamore, un sprint, una victoria, una carrera en la que se salga aunque no gane, un lanzamiento a un compañero en una volata, por qué no, o incluso unas declaraciones. Puede que no sepas exactamente el por qué, que es lo más habitual, y mejor.
Si lo eliges por ser muy conocido, muy mediático, por ganar 3 Tours, o porque es el corredor de moda, o el que parece tener más fans, por ejemplo, lo más probable es que eso no funcione y ese ciclista, seguramente, al final deje de ser tu corredor preferido.
Cambiemos de tercio.
Como sabéis los que me conocéis desde hace tiempo, me seguís en Twitter o entráis a menudo a mi cuenta, o habéis leído mis posts aquí o el apartado de sobre mí, sigo el ciclismo desde los ochenta. Soy un poco old sí, pero lo llevo bien, no os preocupéis. No llaméis al médico.
En aquellos años mis corredores preferidos eran Eric Vanderaerden, Urs Freuler, aka El Guitarrista, Guido Bontempi, Jean Paul Van Poppel, Johan Van der Velde, Visentini, Lucho Herrera, Beppe Saronni, al que llamo Drácula porque era un auténtico exterminador (tiene nada más y nada menos que 139 victorias en su palmarés), y Greg LeMond entre otros.
Notaréis la presencia de varios esprinters. Me apasionaban los sprints, y sobre todo los del Giro.
Me apasionaban aquellos corredores que eran balas en los metros finales de las carreras, ídolos en las llegadas (más que ahora), valientes, inaccesibles algunos, misteriosos los otros, con carisma la mayoría de ellos, unos holandeses, otros italianos, otros belgas… a los que no les importaba que la carretera estuviese súper peligrosa por la lluvia o que los últimos kilómetros fuesen una auténtica ginkana, porque se jugaban el tipo igual con tal de alcanzar la gloria…
Con 12, 13, 14 años… aquellos corredores para mí eran héroes. Leyendas. Los idolatraba.
Ha pasado mucho tiempo desde aquello pero me sigue encantando el ciclismo…
Solo que he pasado de que me gustasen los esprinters y vueltómanos, a sobre todo los grandes corredores de clásicas de pavés. Es decir: los pedrusqueros.
Y sobre todo uno: Zdenek Stybar. El Checo.
Pedrusquero, excelente compañero de equipo, con una gran técnica sobre la bicicleta, inteligente en carrera e integrante durante casi toda su carrera de uno de los mejores equipos del mundo: la apisonadora Quick Step, la máquina de ganar clásicas, un equipo al que todos tienen miedo y del que todo corredor quiere formar parte, no sé la razón exacta, pero en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en mi corredor preferido.
Fin de la Parte I.
By Skyblu (@ZS20182 en Twitter).