En Twitter un tuit para hablar de lo bueno que es Pogacar como corredor sería así:
Pogacar es un corredor… Y luego se pondrían unas flechitas hacia abajo para que la gente respondiese. O no, también vale.
Habría tópicos por supuesto. O más bien palabras que, o bien se han usado tanto que han perdido su significado original, o bien se usan mal. Como por ejemplo: brutal, espectacular, asombroso o bestial.
Muchas veces son palabras vacías, y lo digo con todo el cariño del mundo. Otras todo lo contrario.
Brutal es brutal. No hay que decirlo por decir ni porque una actuación sea simplemente buena. Espectacular es una gran palabra. Pero si la usamos por usar, es como si le llamamos Batman a todos los tipos que van al gimnasio o tienen una novia que esté buena.
Sigamos.
Pogacar… El Rodillo. Casi siempre que uso esta palabra me viene a la mente su imagen rodando, o más bien volando, sobre el sterrato de la Strade 2022.
Su carrera fue una burrada. Algo extraterrestre. De locos. Para enmarcar y de las que crean afición porque si bien es cierto que los rivales que tuvo no eran los mejores corredores de Strade del momento (véase Asgreen, al que se le dan mejor otras carreras con otro tipo de subidas y más largas, o Carlos Rodríguez, que es más escalador a pesar de tener una gran clásica también), y Valverde a su edad era muy difícil que pudiese con el ritmo asesino que puso el de UAE ese día (es probable que salvo uno o dos corredores en el mundo, no hubiera podido nadie), tanto Asgreen, como Carlos Rodríguez, que terminó reventando pero que tiene una calidad enorme e hizo un carrerón a pesar de su fuera, como Valverde, son corredorazos.
Sigamos.
Con Pogacar se echaron las campanas al vuelo muy pronto. Se llegó a decir que era el nuevo Merckx pero aunque es El Aniquilador, no es Merckx.
Preferí no hablar mucho en esos momentos pero sabía que se estaba haciendo una valoración errónea, porque sus actuaciones fueron muy buenas y en el Tour, por ejemplo, dio una exhibición de dejar con la boca abierta el día de Le Grand Bornand. De esas que daban Indurain o Frank Vandenbroucke.
Pero no se tuvo en cuenta que en el La Grand Bornand, por ejemplo, no estaban ni Roglic ni Bernal ni Evenepoel ni el Vingegaard actual que a ese Tour llegó como gregario y debutaba en la carrera y Carapaz no era el mejor Carapaz. Y los 3 minutos y pico se los saca a un grupo donde hay gente que, con todo mis respetos, son la mitad de corredores que Bernal, Remco o Roglic. Como Kelderman o Peio Bilbao.
Al igual que en Lombardía donde Alaphilippe viene de ganar el Mundial y no está y Roglic falla. Con lo cual no puede decirse que estaba él porque ese no es su nivel habitual.
En 2022 Pogacar fue derrotado en su carrera: el Tour. En Milán- San Remo hizo una prueba híper- bestia atacando varias veces y moviendo una burrada de vatios y fue el más fuerte. Pero también perdió. Al igual que en Flandes donde asombró al mundo dando una exhibición debutando y sin casi experiencia en piedras pero le volvieron a ganar.
Esas derrotas duelen.
Pero el esloveno seguramente sea uno de los que más y mejor haya entrenado este invierno y estará con ganas de resarcirse y demostrar al mundo que quien manda en el ciclismo en el momento actual es él.
Y puede hacerlo. Tiene calidad para lograrlo. Porque es El Exterminador.
Por Skyblu (@ZS20182 en Twitter).