Mathieu Van der Poel es un corredor rapidísimo. Alguien con el potencial suficiente para ganar sprints masivos.
Una bestia.
No suele meterse en las llegadas si éstas son de un pelotón o un grupo muy grande pero es un auténtico exterminador. Tiene unos de los mejores 150 últimos metros del mundo sino los mejores.
En la Amstel Gold Race de 2019 realizó una de las mayores machadas de los últimos años en una carrera importante. Tras tirar a tope durante los últimos 7 kilómetros sin apenas recibir un relevo para cazar a Fuglsang y Alaphilippe que marchaban por delante con una ventaja que en un 99% de las veces es partida en una clásica así, batió a todo el mundo al sprint, incluídos Fuglsang y Alaphilippe que habían hecho la última parte de la carrera casi parados, porque el danés decidió no tirar ya que Alaphilippe tiene un final tremendo y tenía todas las de perder. No es cuestión de ir regalando Amstel Gold Races por la vida como si fuesen sugus.
En una carrera larga y dura cuentan mucho las fuerzas con las que llegues al sprint a la hora de disputarlo y Mathieu llegó con un montón de vatios en las piernas contrriamente a lo debía haber pasado y batió a todos.
Puede que el público le ganase esa carrera. O puede que fuese su talento el le hiciesen llevarse esa Amstel Gold Race. Nunca lo sabremos.
Lo que si está claro es que fue una de las mejores actuaciones a nivel individual de un ciclista en una clásica top… me atrevería a decir que de todo los tiempos.
Vamos ahora con una leyenda. El ganador de 12 etapas y tres maillots verdes en el Tour de Francia Robbie McEwen. Un hombre con una visión de carrera brutal. Uno de los esprinters con mejor colocación de la historia. Para algunos el mejor en este apartado.
Hablar de epsrinters es hablar de corredores valientes. Ahí tenemos el caso de Jakobsen que tras estar al borde de la muerte por una caída ha vuelto a meterse en los sprints y no solo eso sino que se ha convertido en el mejor esprinter del mundo.
McEwen estaba loco (en el buen sentido de la palabra). Era un auténtico trapecista.
Un sioux.
A pesar de no ser uno de los esprinters más conocidos es sin lugar a dudas uno de los mejores de la historia.
Consiguió 115 victorias como profesional, fue medalla de plata en el Mundial y ganó 2 veces en los Campos Elíseos de Paris en el Tour de Francia.
Ahora es comentarista de televisión y ha escrito su autoboigrafía.
Un libro que es una auténtica joya.
McEwen tal vez no fuera Flash en cuanto a rapidez porque ha habido gente mejor en ese apartado como Cavendish, Kittel o Cipollini. Pero si se habla de sprints y esprinters buenos se tiene que hablar de él. Porque él lo era.
Eso que no os quepa ninguna duda.
Fin de la Parte II.
En breve más…