Roglic es un corredor descomunal. No es un muy buen corredor que gana muchas carreras pero que nunca ha podido ni podrá ganar el Tour porque no tiene el talento suficiente o es peor que Pogacar, Vingegaard, Bernal, Remco o el actual Mas en algunos aspectos clave como la endurance, la forma de correr o la casta.
De hecho, si nos referimos única y exclusivamente a casta, probablemente sea tres veces mejor que todos ellos, sin que eso suene a menosprecio porque no lo es y teniendo en cuenta que todos son ciclistas espectaculares y que estamos en La Edad de Oro del Ciclsimo. Porque es así, esta generación es una auténtica salvajada. Hay muchos corredores que son auténticos portentos y encima corren a lo Hinault. O a lo años 70. O como lo hacía Pantani cuando estaba en forma. Hay 6 o 7 corredores que son auténticas bestias: Alaphilippe, Van der Poel, Pogacar, Bernal, Van Aert, Evenepoe, Vingegaard, el mismo Roglic… y encima la mayoría de ellos corren con una valentía propia de otras épocas…
Pero volvamos la vista atrás, y sigamos con Roglic. Los buenos aficionados, los que vemos «todas las carreras», a los que nos gusta el ciclismo más que a un niño El Día de Reyes o los Comics de Batman, sabemos lo que vale, lo que lucha y que es un crack si hablamos de levantarse del suelo tras una gancho de izquierdas en el mentón.
Es brutal lo que ha hecho. Tras perder el Tour en la contrarreloj de la Planche en 2020, tras caerse y tener que abandonar esa misma carrera en un estado de forma brutal al año siguiente… Para enmarcar. Igual que lo de este año. Llega al Tour en el probablemente mejor estado de forma de su vida y mentalizado al máximo para llevarse la victoria y vuelve a tener que abandonar por una caída, no sin antes demostrar que el sobrenombre de Stallone se lo ha ganado a pulso, haciendo un etapón el día del Granon trabajando para Vingegaard estando para el arrastre por la caída que tuvo en la etapa del pavés, y llegando a la Vuelta totalmente repuesto mentalmente, tomando la salida sin competir antes de la prueba y con secuelas de su caída en la Grand Boucle. Caída en la que por cierto, se dislocó el hombre y se lo colocó él. Otro motivo más para que se le llame Stallone.
Roglic es un corredor ganador. Y es muy bueno. Este último es un adjetivo que suele usarse mucho, a veces a la ligera y que está infravalorado, pero que define a la perfección a Roglic como corredor.
Primoz es un corredor muy querido por el aficionado. Se lo ha ganado. Honra al ciclismo cuando corre con una costilla rota o dolores en el gluteo, cuando ataca desde muy lejos de meta como en Los Lagos en la Vuelta de 2021 y gana saliéndose, o cuando se deja la piel por un compañero como en la etapa del Granon del Tour de este año, etapa que corrió lesionado como se ha dicho anteriormente.
Es un ídolo. Es ese tipo de tío que lo tiene todo para serlo. Por como es y como corre.
Su palmarés es una barbaridad. Impacta. Eso no lo pueden decir muchos y menos gente que corre actualmente.
Su carta de presentación fue ganar una contrarreloj en el Giro siendo un desconocido para el gran público. Calificarlo de flipante es poco. No es que mole eso; es que hace que te hagas fan suyo sin dudarlo un instante.
Un corredor que ha ganado Paris- Niza, Dauphiné, Tirreno, 2 veces Romandía, 2 veces la Itzulia, el UAE Tour, que ha sido segundo en el Tour, pero porque tuvo la mala suerte de que le afectó la presión por ser la primera vez que se jugaba ganar algo tan importante y Pogacar se salió de un modo que pocas veces se ha visto en los últimos años en el Tour, que se ha llevado 3 Vueltas seguidas, que ha ganado 10 etapas en la Vuelta a España, 3 en el Giro y 3 en el Tour y que ha ganado Lieja y los JJOO con exhibición, es un corredor al que no se le puede descartar para ganar el Tour del año que viene por mucho que Vingegaard vuele o Pogacar sea Zod. Un corredor asombroso. Capaz de hacer auténticas barbaridades si tiene el día y que es admirado como pocos lo han sido en los últimos años. Lo mismo que Vingegaard, cuyo Tour le convirtió en ídolo de inmediato y con total memrecimiento.
Pero descartar a Primoz Roglic como ganador del Tour de 2023? Será porque solo lo conocen por Stallone.
¡Uno de los grandes Primoz!
Sí sí, se lo ha ganado a pulso.
Es de los que más se merecen que lo animen y lo aplaudan porque se ha llevado unos palos tremendos en forma de caídas y derrotas.